Qué ver en Galway y la Costa Oeste de Irlanda

Aunque en las secciones anteriores hemos hecho un pequeño resumen de los principales lugares de atractivo turístico de la zona, queremos concretar aún más los puntos de interés turísticos de la región y qué es lo que podremos encontrar en ellos.

La ciudad de Galway

Galway

La ciudad de Galway es la mejor base que se puede elegir para quien quiera moverse por la zona con calma. Hay una numerosa oferta de alojamiento y buena oferta cultural y de ocio, con lo que el visitante tendrá buenas alternativas de diversión. Es una ciudad de pequeño tamaño, así que monumentalmente no tiene muchas cosas que ver, pero aún así sí que resulta un lugar muy interesante para pasar una mañana o una tarde.

Lo más interesante de Galway está concentrado en la zona peatonal que va desde el antiguo puerto y el Spanish Arch hasta la Eyre Square, la conocida como Shop Street. Es la calle más viva y comercial de Galway y, además, en su primer tramo concentra buena parte de los mejores pubs de la ciudad.

Alrededor de esta calle de algo menos de un kilómetro de longitud se concentran los principales lugares de interés de la ciudad. Por una parte, el Spanish Arch y el llamado Latin Quarter al principio de la calle. Unos metros más adelante, la catedral protestante de San Nicolás y el Lynch Castle. Podremos encontrarnos restos de las murallas normandas en el Museo Municipal de Galway, muy cerca del comienzo de la calle, o en el interior del centro comercial Eyre Square, al que también se accede desde la calle principal de Galway. A un par de cientros de metros hacia el oeste, cruzando el río Corrib, la catedral católica de San Nicolás completa el recorrido de monumentos interesantes que ver en la ciudad. En apenas dos horas, podremos recorrer todo con calma.

Pero, para mi gusto, la vida cultural y el ocio nocturno son lo que más enganchará al turista de la ciudad. Galway es una ciudad joven y el Latin Quarter alberga pubs que no son sólo interesantes por su buen ambiente, sino también por ser edificios típicos, arquitectónicamente interesantes y, en ocasiones, con música en vivo. Locales como The Quays –una antigua iglesia- o el histórico The Kings Head, merecen muchísimo la pena.

Los acantilados de Moher (Cliffs of Moher)

Cliffs of Moher

Los Acantilados de Moher son la atracción natural más visitada de Irlanda y, sin duda, una visita obligada para quien se acerque por la zona. Se trata de una zona de acantilados de aproximadamente ocho kilómetros de extensión situada a unos 70 kilómetros al sur de la ciudad de Galway, en los que auténticas paredes de piedra negra caen a plomo sobre el Atlántico. Un paisaje excepcional, nominado para formar parte de las Nuevas 7 Maravillas de la Naturaleza.

Para llegar hasta los acantilados tendremos que desplazarnos desde Galway hacia el sur por una carretera con bastantes curvas, hasta llegar al pueblo de Doolin, que es el más cercano a los acantilados. Desde allí podremos coger un barco para ver los acantilados desde el mar o, si no, tenemos unos siete kilómetros más hasta el centro de visitantes desde donde podremos ver los acantilados desde lo alto.

La vista de los acantilados cambia mucho si se hace desde lo más alto o desde el mar en barco. En el barco, tenemos muchos más detalles de las rocas y las formas de los acantilados, así como podemos contemplar mucho más de cerca a las colonias de aves que habitan en ellos. Desde arriba, en cambio, la perspectiva es mucho más amplia. Disfrutamos del paisaje de kilómetros de acantilados y praderas verdes y de vistas del horizonte. Personalmente, sugeriría disfrutar de las dos, pero depende del gusto de cada uno y del tiempo que tenga.

Abadía de Kylemore

Connemara

Connemara es una región donde lo más llamativo son sus paisajes y naturaleza, pero si hay que quedarse con un monumento o un edificio de la zona, me quedo con el complejo de la Abadía de Kylemore. Un palacio construido a mediados del siglo XIX como homenaje de un comerciante inglés a su mujer, que es el centro de un complejo en el que existen también una pequeña iglesia neogótica y un cuidado jardín.

Podemos decir que la Abadía de Kylemore puede ser la guinda de una excursión por Connemara desde Galway en la que apreciar los paisajes naturales de la región, salpicada de lagos, colinas y valles. El edificio está ubicado junto a un lago, frente al Parque Nacional de Connemara, y su piedra gris supone romper el color verde de la colina que tiene a su lado.

La Abadía nació como un pequeño palacio que un comerciante inglés quiso regalar a su mujer. El palacete es el punto central de la visita y se puede visitar por dentro, donde las habitaciones replican su decoración original, con mobiliario de la época. Al fallecer su esposa poco tiempo después, el complejo se amplió con una iglesia neogótica, que pretendía simular una catedral en miniatura, que se encuentra a unos 800 metros del edificio principal por un bonito paseo junto al lago.

Con el paso del tiempo, el complejo fue conociendo diversos dueños, hasta que en los años 20 del siglo pasado se hicieron cargo de él unas monjas benedictinas, que instalaron un internado en el mismo. Hoy ya no se dan clases en él, pero sí que queda una residencia junto al palacete y algunas monjas que se dedican ahora a fabricar jabones y mermelada.

Las islas de Aran

Las Islas de Aran están situadas en la costa sur de Connemara, al final de la bahía de Galway y son uno de los reductos de la lengua y las tradiciones irlandesas. Son un archipiélago de tres islas pobladas principalmente por pescadores, pequeñas, con curiosos paisajes naturales y pequeñas aldeas con un carácter tradicional. Algunos de sus habitantes, incluso, sólo hablan el lenguaje gaélico irlandés.

La isla más grande y habitada de todas es Inis Mor, con el atractivo principal de Dun Aonghasa una fortaleza de forma semicircular sobre un acantilado de 100 metros de altura. En la pequeña isla se encuentran también algunos restos prehistóricos. Se puede visitar el centro de información de las islas. Para quien quiera algo más de una excursión de un día, allí podrá encontrar espectáculos de danza y música tradicionales.

Las otras dos son Inis Meain e Inis Oirr, bastante más pequeñas que la principal. Inis Meain es conocida por ser un buen lugar para ir a hacer cursos de idioma gaélico y dispone de un centro de buceo; mientras que Inis Oirr es la más pequeña de las tres, se puede recorrer tranquilamente a pie y dicen que es la más bonita del archipiélago. Allí están también los restos del Castillo O’Brien.

Para llegar a las islas de Aran se puede hacer de tres maneras. Si se quieren visitar sólo las islas, lo mejor es dirigirse al puerto de Rossaveal, unos 40 kilómetros al oeste de Galway, para coger el ferry de Aran Islands Ferries a Inis Mór o a las islas menores. A la principal, hay entre dos y cuatro servicios diarios –dependiendo de la época del año- por unos 25 euros ida y vuelta. Está también la alternativa de hacer el recorrido en avión desde el aeropuerto de Inverin –unos 30 kilómetros al oeste de Galway- con Aer Arann Islands. El precio es aproximadamente el doble que el del barco y el avión es muy pequeño.

La otra opción es combinar la visita a las Islas de Aran con los Acantilados de Moher, ya que están muy próximos entre sí. Para ello, tenemos que dirigirnos a Doolin, donde podemos coger los ferries de Doolin2Aran a cualquiera de las tres islas por unos 20 euros ida y vuelta. Aunque también hay excursiones organizadas que nos llevan desde Galway a ambos lugares por un precio que puede hacer la pena no tener que buscarnos la vida.